miércoles, 7 de noviembre de 2012

RELEVANCIA POLÍTICA DEL PERSPECTIVISMO DE MONTAIGNE EN LA ACTUALIDAD

Relevancia polítca del perspectivismo de Montaigne, por Felurian Aqueménida.

Antes de hablar sobre la posible relevancia política que tiene el perspectivismo en la actualidad, es preciso mencionar a Montaigne, en concreto, sus ensayos, donde lleva a cabo un buen análisis mental, basado principalmente en cuestionar la actitud de las personas. Es importante ver las diferencias que el autor establece con respecto al escepticismo clásico, según el cual, nada es objeto de conocimiento. Montaigne, aparte de no comprometerse con nada, añade al escepticismo clásico lo siguiente : “la duda de su propia duda”, es decir, el escepticismo moderno duda de que la afirmacion “no podemos saber nada” del escepticismo clásico sea tan sólida y convincente. En general, Montaigne establece algunas diferencias con respecto al escepticismo clásico, por ejemplo, al dirigir la duda hacia las capacidades cognitivas del sujeto. Aquí ofrece una ruta que los clásicos no dieron: mirar hacia dentro y darse cuenta de que somos seres con capacidades cognitivas.

El escepticismo en Montaigne es una forma de perspectivismo. De hecho, en sus ensayos, hay un determinado momento en el que adquiere una postura perspectivista. Realiza un estudio sobre los animales, centrándose en cómo perciben estos la realidad de una forma distinta a la de los hombres, y a raíz de esta reflexión es cuando surge en él la idea del perspectivismo, concluyendo que los puntos de vista son múltiples.

Montaigne es consicente de que, cuando se establece una conversación entre varios hombres, generalmente nace la discusión entre ellos, y el hecho de discutir, es la evidencia de que existe el desacuerdo. La conclusión de lo anterior es la siguiente: por regla general, los hombres tienen opiniones distintas, lo que a Montaigne le lleva a decir que no podemos saber nada con certeza.

Teóricamente, para Montaigne, no hay certeza absoluta, porque según sus argumentos, todo es relativo y subjetivo, y de acuerdo con esto, se hace evidente que no puede haber nada verídico al cien por cien.

En este sentido, sí podemos encontrar actualmente relevancia del perspectivismo de Montaigne en la política actual.

Se da por sabido que el sistema político vigente en la mayoría de los estados es la democracia. Lo ideal en este sistema político democrático, sería que todos aquellos partidos que lo integran, llegasen a un acuerdo. Ciertamente, no hay ningún partido que tenga una verdad absoluta ni un sistema de gobierno que sea perfecto. De hecho, nunca ha sido así, ya que, siempre habrá gente que esté en desacuerdo, a favor de un partido o de otro, e incluso entre los integrantes del propio partido, siempre habrá sectores que no estén a favor de determinadas ideas, ya sea total o parcialmente.

Teniendo en cuenta lo dicho, en la democracia, se debería hacer lo siguiente: cada partido tendría que exponer sus ideas, con el objetivo de establecer un consenso para que el país pudiese evolucionar de forma adecuada, es decir, tener en cuenta las opiniones del pueblo para llegar a un bien común.

Cada partido tiene sus ideas, su punto de vista, y por ello, la opinión de uno no debería sobreponerse a la del otro sin tener en cuenta ninguna de las propuestas del partido contrario, porque precisamente, el hecho de que en un determinado estado, un partido político sea el que gobierne por haber sido el vencedor de unas elecciones, no quiere decir que no haya otra gran parte de la sociedad que esté a favor de las propuestas de otros partidos, por ello sería injusto no tenerlas en cuenta. Según esto, lo bueno que tendría el perspectivismo en un sistema político sería que, el conjunto de partidos, expusiesen sus opininiones para el progreso del estado e intentasen llegar a un consenso para conseguir, de esta forma, que la situación del país pudiese mejorar. Esto sería ideal. Pero sin embargo, la situación actual es otra. Al final, esos distintos puntos de vista se acaban superponiendo unos sobre otros, es decir, lo que se tiende en la actualidad es justo todo lo contrario al perspectivismo. Ahora, hay una idea y un punto de vista que un partido defiende, que lo considera absoluto y lo impone al resto de personas, independientemente de que estén a favor o en contra.

Esto siempre ha sido así, siempre ha habido gente que intenta superponer sus ideas sobre el resto, porque en el fondo, todo el mundo cree que lo suyo es verídico, lo bueno, lo cierto, lo correcto. Finalmente, el perspectivismo se acaba convirtiendo en un intento de sobreponerse de un modo u otro a las ideas del contrario, ya sea por la fuerza o ya sea por otros medios. La política en sí es eso, el contraste de unas ideas con otras. Si Montaigne es un relativista, en este caso si tiene razón, porque no habrá una verdad absoluta jamas, y mucho menos en política. Nunca va a existir un camino recto para un país o para una sociedad. Siempre va haber opinones, nunca habrá una absoluta certeza.

Hobbes tenía mucha razón al decir que “el hombre es un lobo para el hombre”,  puesto que de una forma u otra, cada sector social busca su propio interés y beneficio. Según Hobbes, el egoísmo que gobierna en los hombres, hay que reconducirlo a la convivencia y no a la autodestrucción. Para ello es necesario un pacto o contrato, algo que la naturaleza humana no rechaza sino que desea profundamente porque es un elemento fundamental para controlar las relaciones entre ciudadanos. Solo mediante la constitucion de un estado civil, es posible la convivencia y con ella la paz y la prosperidad.  El principal objetivo que Hobbes busca en una de sus obras, De Cive, era poner fin a la controversia, la guerra y el miedo. Para ello, construye un modelo de estado en el que, los hombres renuncien a sus derechos individuales y lo transfieran a la figura de uno solo que a su vez a sido elegido por los ciudadanos. El jefe del estado tiene todo el poder, incuestionable. Los súbditos no tienen ni voz ni voto ante las decisiones del jefe del estado, y si no están agusto con el modelo de gobierno, no les queda otra que resignarse. Pero sin embargo, lo que propuso Hobbes es imposible, siempre ha habido controversias a lo largo de la historia en toda forma de gobierno, precisamente porque no hay una opinión común respetada por todos, sino que hay varias y muchas distan unas de otras.

 

 

 

 

 

sábado, 22 de septiembre de 2012

Un silencio triple,El nombre del viento

Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.
El silencio más obvio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera soplado el viento, este habría suspirado entre las ramas, habría hecho chirriar el letrero de la posada en sus ganchos y habría arrastrado el silencio calle abajo como arrastra las hojas caídas de otoño. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de clientes, ellos habrían llenado el silencion con su conversación y sus risas, y con el carullo y el tentineo propios de una taberna a las altas horas de la noche. Si hubiera habido musica... pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.

En la posada Roca de Guía, un par de hombres, apiñados en un extremo de la barra, bebían con tranquila determinación, evitando las discusiones serias sobre noticias perturbadoras. Su presencia añadía otro silencio, pequeño y sombrío, al otro silencio, huevo y mayor. Era una especie de alieación, un contrapunto.
El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en el suelo de madera y en los bastos astillados barriles que había detrás de la barra. Estaba en el peso de la chimenea de piedra negra, que conservaba el calor de un fuego que ya llevaba mucho rato apagado. Estaba en el peso de la chimenea de piedra negra, que conservaba el calor de un fuego que ya llevaba mucho rato apagado. Estaba en el lento ir y venir de un trapo de hilo blanco que frotaba el veteado de la barra. Y estaba en las manos del hombre allí de pié sacándole brillo a una superficie de caoba que ya brillaba bajo la luz de la lámpara.
El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.
La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.


  
 
LAS PUERTAS DE LA MENTE, Patrick Rothfuss
 
Quizás la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
 
 
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrce un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.

 

La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que "el tiempo todo lo cura" es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. Elresto están escondidas detrás de esa puerta .
 La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
 
 
 
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
 
 
 
 
TODO HOMBRE SABIO TEME TRES COSAS,El temor de un hombre sabio, Patrick Rothfuss
 
Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.
 
 
CUÁNTO ESTÁS DISPUESTO A QUEMARTE, El temor de un hombre sabio, Patrick Rothfuss
 
Palabras de Kvothe: Por muy atractiva que parezca una cosa, tienes que valorar los riesgos que corres. Cuánto lo deseas, cuánto estás dispuesto a quemarte.
 
Esparcí los troncos de la hoguera para apagarla y al poco rato la profunda oscuridad de la noche se apoderó del claro. Me tumbé boca arriva contemplando las estrellas, y me puse a pensar en Denna.